Reflejos Líricos
Esta obra pictórica, que reside en el dominio de la abstracción lírica, nos transporta a un paisaje etéreo y profundamente evocador. La escena central nos presenta un cuerpo de agua congelado, una superficie que se convierte en un espejo natural, reflejando una serie de montañas delineadas con un negro intenso y profundo que contrasta de manera sublime con el entorno.
Lo que destaca de esta pintura es su capacidad para albergar cientos de paisajes en uno, invitando a los espectadores a una exploración continua, donde cada mirada revela nuevos detalles, nuevas historias que se despliegan en la rica tapestry de formas y colores. Es una obra que no solo se ve, sino que se experimenta, ofreciendo una inmersión profunda en un mundo de belleza y misterio.
El horizonte nos regala un toque de color rosado, tenue pero presente, que añade una dimensión de calidez y esperanza a la composición. Este detalle cromático no solo equilibra la fuerza del negro intenso de las montañas, sino que también sugiere la presencia de un amanecer o un atardecer, un momento de transición que habla de nuevas posibilidades y de la eterna renovación de la naturaleza.